Ataque de Pánico
Según El “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta edición (DSM-IV) el ataque de pánico se denomina también como crisis de angustia y se lo nombra internacionalmente en idioma inglés (panic attack) porque aconseja codificar el diagnóstico específico en el que aparece la crisis sin ofrecer una entidad aislada. Se lo define como "la aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos iniciados bruscamente que alcanzan su máxima expresión durante los primeros 10 minutos en el que se evidencian algunas de las siguientes expresiones somáticas: palpitaciones, sudoración, ahogo, opresión toráxica, náuseas, vómitos, escalofríos, sofocaciones, parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo), además de un profundo miedo a morir o a perder el control.
Desde un enfoque psicoanalítico (escuela francesa), puede pensarse dentro de lo que Sigmund Freud llamó neurosis de angustia. El afecto libre aparece con gran eficacia sin mediatizarse por la cadena de representaciones o ideas. En este sentido en el ataque de pánico se daría un encuentro (siempre fallido) con lo real. En la clínica se intenta acotar esta situación, apelando a que lo simbólico limite con significantes la presencia avasalladora de la angustia.